Publicidad engañosa.
En el mercado existe una serie de alimentos que se supone que nos dan las vitaminas extras que nuestro cuerpo necesita. Las empresas venden estos productos de forma libre y sin ningún control, en algunos casos engañando al consumidor con una publicidad atractiv
a para llamar nuestra atención, vendiendo “alimentos milagrosos”, que en verdad no nos aportan ningún beneficio a no ser que consumamos grandes cantidades.
Uno de los ejemplos más conocidos de publicidad engañosa es el caso de Actimel. Todos hemos visto los anuncios de esta marca en la que afirma que “ayuda a tus defensas” lo que nos hace pensar que bebiendo un frasquito al día estamos previniendo cualquier infección o enfermedad. Sin embargo, este tipo de publicidad no tiene ningún tipo de respaldo, ni estudio que garantice que esto es cierto.
No podemos negar que nos dejamos arrastrar por la publicidad atractiva que vemos en la tele y nos creemos todo lo que nos dicen, olvidándonos de que seguir una dieta equilibrada es la mejor solución para tener una alimentación de calidad.
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